
Todos sabemos que el portero es distinto, viste diferente a todos los demás dentro del terreno de juego, tiene unas atribuciones propias del puesto, como coger el balón con las manos dentro de su área, etc...
Nadie te había enseñado que el portero se debe situar más o menos y dependiendo de la posesión a una cierta distancia del central, para estar atentos a los balones a la espalda de tu defensa y así poder adelantarte a ellos y evitar el peligro. Claro que aunque con muy buena voluntad, más que acierto, también te decían donde te debías colocar en un saque de esquina y muchas otras cosas que erróneamente se creía a pies juntillas, como, hacía que lado te tenias que tirar en caso de penalti… sin pensar… elegir un lado y lanzarte con todo, sin tener en cuenta como hoy, otros muchos factores que analiza el portero antes de que se ejecute la pena máxima.

“La soledad del guardameta”, que frase más categórica y terrible, ¿verdad? ¿Quién no se ha sentido alguna vez así? Si tenéis suerte y disponéis en vuestro equipo de un entrenamiento especifico de porteros, os habrán enseñado que esto ya no es del todo así. El portero es uno más, y participa activamente en las victorias y derrotas del equipo, y no es el responsable único de ellas.
Ya no solemos oír eso de: “hemos perdido o ganado por el portero”, esto era muy injusto, ya que a los jugadores se les preparaba para una labor específica y al portero solo se le inflaba a pelotazos.Afortunadamente esto ha cambiado, y aunque el equipo no tenga un preparador de porteros, el entrenador principal se preocupa de saber qué es lo que puede hacer con el portero, o por lo menos pide ayuda a los que si sabemos.
Los murmullos de la grada, aunque siguen existiendo, dependiendo de un campo u otro, el mirar hacia otro lado cuando el portero comete un error, todo eso afortunadamente se esta acabando. Es muy raro ver a un jugador de campo hacer un reproche al portero, ahora se le anima y hasta creo, o quiero creer, que se solidarizan con él, o eso quiero creer.

El deseo de que nadie venga a molestarte cuando tú estás disfrutando de esa anhelada situación. Los hay que prefieren esa soledad, los conocidos como bohemios, que pasan la vida de una forma sosegada y a los que estar a solas les hace sacar desde lo más profundo de su interior una simple poesía, la admiración por un paisaje o la realización de variopintas actividades.La mente es libre para pensar cualquier cosa y, en soledad, todavía más. Pero entonces, cuando un portero está solo, ¿en qué piensa?, se preguntarán algunos. Muchos pueden creer que cuanto más tiempo esté sin nadie alrededor, mejor para su equipo, ya que así no encajará goles. A mi parecer, sin embargo, la concentración durante un encuentro te hace estar tan cerca como tan lejos de la jugada, ya sea en el área contraria o en la tuya propia. La mente, instrumento poderoso, es capaz de analizar ese lance del juego en la portería opuesta como si fuera en la tuya. Ahí estaría la semejanza con los bohemios.En esos casos, el guardameta puede llegar a ser o a sentir lo mismo que esos personajes solitarios que pueden hacer que sus mentes viajen a sitios muy distintos. También puedes sentir esa temida soledad, aún más cuando has cometido un fallo y sientes que estás solo: tú y el balón. Lo demás todo sobra: los jugadores, el público, el mister, las cámaras… Ése es el lado más temido de cualquier portero, aunque en el aspecto psicológico el arquero debe ser fuerte, controlar sus pensamientos y sentir que la soledad es el único “amigo” que está contigo durante todo el partido. Es como tu sombra: nunca te va a dejar solo.Sin duda, Alejandro Sanz tuvo que jugar de portero en su niñez o algo así. Si no, escuchen con detenimiento esa buena canción “Mi soledad y yo”, fiel reflejo de nuestra realidad muchas veces en el campo de juego. Sólo espero no haber filosofado demasiado y que este reportaje haya servido de algo. Aunque si nunca te pusiste bajo los palos, te costará comprenderlo.
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